Las Presas del Pinto – relato literario

Las Presas del Pinto, es un relato escrito por David Cabrera Guillén que forma parte del Libro «Expresiones de la Naturaleza – I Concurso Literario».

 

Libro Expresiones de la Naturaleza I Concurso Literario

 

Esta publicación es el resultado de los trabajos presentados al I Concurso Literario “Expresiones de la Naturaleza”, que fue convocado con motivo de la celebración del Día del Libro 2017, por la revista informativa www.arucasdigital.com y el colectivo LA VINCA Ecologistas en Acción, y en la misma aparecen publicados los veintinueve relatos presentados, acompañados de la fotografía que sirvió de inspiración a cada autor o autora para la realización de su obra. Esta publicación ha sido posible gracias a la iniciativa de las entidades organizadoras y de las empresas que ha colaborado económicamente para que esta publicación haya sido posible, como LOYPE Eventos y Gráficas Guiniguada S.L.

 

Presentación del Libro Expresiones de la Naturaleza I Concurso Literario

Presentación del Libro Expresiones de la Naturaleza I Concurso Literario

 

A continuación les dejo con la fotografía y el texto del relato que escribí y que forma parte de esta publicación:

 

Las Presas del Pinto, fotografía de David Cabrera Guillén

Las Presas del Pinto, fotografía de David Cabrera Guillén

 


Las Presas del Pinto

– ¡Mamá, me voy a la presa con mis amigos!

Pensé muchas veces para mí cuando apenas contaba nueve o diez años. Mejor no le digo nada, porque dudo mucho que me deje ir. Y es que un día sí y otro también desde el barrio de La Goleta cruzaba junto a mis amigos el muro de la obra de las Presas del Pinto hasta llegar a los Pinos, la zona arbolada que hay justo en frente del barrio de La Goleta, muy cerca de La Fula y del Lomo Tomás León. Fue uno de mi primeros contactos con la naturaleza y con el patrimonio, aunque por aquel entonces no tenía mucha conciencia de lo que significaban ambas cosas. Fue un tiempo feliz, de correr y jugar entre pinos y tabaibas, de escalar y trepar por las cuevas del Tiro Pichón y de subir y bajar las peligrosas escaleras del muro de la presa; razón tenía mi madre con no dejarme ir, aunque desde de la azotea de mi casa tenía una perfecta atalaya desde donde controlar mis pasos, prismáticos en mano. Pero yo seguía pensando que ella no sabía por dónde merodeábamos. Mejor así.

Los antiguos estanques de barro servían de improvisados campos donde pasábamos las horas jugando al fútbol hasta perder la noción del tiempo. Mil y una correría, como bajar al fondo de la presa a través de una galería volcánica que hoy por hoy me sería físicamente imposible, o correr detrás de las ranas por el muro inferior que circunda las presas, desde La Hondura hasta la Fula, y algún que otro bañito, a escondías de mi madre, cuando las lluvias bendecían nuestra tierra y las aguas corrían torrencialmente desde los nacientes de Valleseco y Firgas hasta colmatar ambas presas. Ir con mi padre a ver el agua correr y encontrarnos a todo el barrio disfrutando del acontecimiento es uno de los mejores recuerdos que guardo de este rincón natural e histórico del municipio de Arucas, que miren por dónde, quieren declarar ahora como Bien de Interés Cultural de Canarias en la categoría de monumento.

Esta fotografía me transmite todo esto y mucho más, me emociona, me permite viajar a mi infancia a través de los recuerdos, pero también me ubica en el presente, me hace sentir orgulloso de mi barrio y estar agradecido a la madre naturaleza por haberme permitido disfrutar de estos parajes y tener hoy una mayor conciencia por nuestro patrimonio, respeto por el medio natural y sobre todo, responsabilidad por conservarlo y mejorarlo para garantizar que las futuras generaciones puedan también contar sus historias. Hoy soy conocedor de que la obra de la Presa pertenece a la Heredad de Aguas, pero también soy consciente que todos somos “herederos universales” de nuestro patrimonio y de los espacios naturales que nos rodean que debemos defender con uñas y dientes porque simplemente forman parte de nuestra historia personal.

Si lo llegó a saber en su momento, la cosa habría sido muy distinta.

– Mamá, me voy al Monumento de Interés Cultural de la Presa a jugar con mis amigos… jamás se hubiera negado a dejarme ir.


¡Muchas gracias y muchas fotos!

por David Cabrera Guillén

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